LA ELECCION DE LOS ACTORES: LA PIEL DE LOS PERSONAJES
La decisión no fue fácil. Desde el primer momento su director tuvo claro que la historia debía ser contada en sus respectivos idiomas originales, una condición esencial que sustentaba la trama entre los dos personajes, pues los soldados nunca parecen estar seguros de lo que dice el otro. Esta idéntica impresión deseaba transmitirla al espectador y por ello fue necesaria la búsqueda de actores que pudiesen interpretar en ruso , alemán y rumano.
Combinar a actores de distintas nacionalidades para encarnar personajes tan opuestos como un rudo y curtido soldado ruso de mediana edad, un jovencísimo soldado alemán y una troupe nómada de gitanos rumanos de mediados del siglo pasado no era tarea sencilla. En este complejo desafío conté con la inestimable ayuda de mi directora de casting Beatriz Oliete que me presentó en pocos días varias propuestas.
A OLEG (Jhonny Melville) el rudo labriego ruso movilizado por el Ejército Rojo, lo escogí a la primera. Su imponente fisionomía y grandísimo oficio actoral lo hicieron el candidato ideal. A pesar de no hablar ruso y provenir principalmente de la comedia, él era OLEG mucho antes de que lo escogiera y con esa fuerza de convicción aprendió todo su texto en ruso y con acento además. Su trabajo fue formidable, titánico, tanto físico como actoral. Es uno de los grandes, sin duda alguna, un actor de oficio que te lo da todo en el set.
El caso de HANS, (Ruslan Alov) el soldado alemán de aspecto aniñado fue pura intuición. Prácticamente novel y con escasísima formación actoral, se hizo todo un actor en cinco días. Fue una impresión general de todo el equipo de rodaje. Aquel joven estudiante ruso de filología alemana afincado en España, tenía tanta hambre, tanta ilusión que me conmovió y decidí darle una oportunidad. El primer día de rodaje la actitud de aquel muchacho fue impecablemente profesional y funcionó de maravilla con Jhonny. A veces estas cosas de la intuición funcionan.
Respecto a los gitanos del carro debo decir que fue otro gran regalo de mi directora de casting, porque a pesar de la brevedad de los papeles está cuajado de consumados actores con los que después he podido mantener una sincera amistad.
Abdelatif Hwidar, (el taciturno gitano malcarado que va a caballo), es un encanto de persona además de un inteligente y talentoso guionista, director y actor con un Goya en el 2007 por su cortometraje “Salvador historia de un milagro cotidiano”. Es un hombre completísimo, tiene un potencial enorme y una trayectoria impecable que dará mucho que hablar en los próximos años. Su texto en rumano fue el más extenso y complejo y salió muy bien parado de aquel difícil reto.
Abdel Azziz El Mountassir, (el viejo y escéptico patriarca gitano que preside el carro) es una delicia de persona. Uno de esos extraños misterios que conjugan el mito de las tres “i”: inteligencia, integridad, ironía además de una casi enfermiza discreción. Es un intelectual, un actor y un escritor combativo que rechaza casi todo lo que no le complace, pero creo que al final logré robarle un pedacito de su corazón con mi historia aunque no me lo diga. Aceptó flemáticamente subirse a ese desvencijado e inestable carromato y soltar su texto en el nada fácil idioma rumano. A él le debo toda mi gratitud y consigue dar a la cámara una de las presencias más convincentes de la película.
Sfia Mohamed; (Rocico” la joven gitana del carro) es un encanto y un verdadero talento musical, tiene una voz enérgicamente turbadora. Domina el baile, el canto y la interpretación con una soltura pasmosa. Interpretó muy bien el papel de la joven e inocente muchacha gitana rumana y cantó el popular y delicioso himno gitano de la película “djelem djelem” que reversionó Micka Luna nuestro compositor musical.
Tal vez se aprecie ligeramente que el acento de los actores no sea del todo correcto pero sin lugar a dudas he preferido mantener su voces originales como un merecido tributo al esfuerzo de su oficio. Gracias de todo corazón a cada uno de ellos.
Javier Llamazares
Director y guionista