El Rodaje

EL RODAJE:

THE TRENCH  fue rodada íntegramente en España en cinco intensas jornadas durante la primavera del 2014  entre los días 24 y 28 de abril.

La peculiaridad orográfica de la baja meseta rusa central donde tuvo lugar la  histórica Batalla del Kursk,  llevó al equipo de producción hasta la  localidad catalana de Sant Esteve de Palau Tordera  junto al parque Natural del Montseny a unos 40 kilómetros de la ciudad de Barcelona. Allí y en un entorno excepcionalmente natural y deshabitado,  fueron construidos y recreados  dentro de una pequeña finca privada de uso agrícola los alrededores  del  campo de batalla y  la trinchera,  verdadera protagonista de la película.

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LA TRINCHERA:

Para su construcción, además del carromato de los gitanos, se requirieron varios meses de intensa documentación histórica y a un equipo multidisciplinar de más de una docena de personas entre asesores militares, directores de arte, atrezzistas, pintores, carpinteros, constructores y operarios de maquinaria pesada que dieron eficazmente forma a la idea inicialmente concebida por el director. Todo estuvo a punto finalmente tras cuatro intensas y duras semanas de trabajo.

 

Para la recreación parcial de la batalla que abre la película fue necesaria  la participación conjunta de una quincena de soldados alemanes regulares de la Werhmacht y del Ejército Rojo  meticulosamente instruidos y aportados por la asociación de recreación histórica ACCUH. Sin ellos esto hubiera sido del todo imposible. Se alternaron los efectos especiales reales (explosiones, humo, armamento real y diseño y confección de cadáveres  con dummys)  con los generados  digitalmente en 3D  durante el proceso de posproducción.

 

Tuvimos la inestimable ayuda de un coleccionista de vehículos de época que puso a nuestra disposición desinteresadamente la famosa motocicleta alemana  bmw r75 con sidecar que aparece en la secuencia de la batalla inicial.

 

THE TRENCH requirió un equipo de producción de más de cincuenta personas diarias a lo largo de las cinco jornadas de rodaje y dos unidades de multicámaras  trabajando simultáneamente.

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EL EQUIPO:

Su director se rodeo de un equipo de amigos y colaboradores incondicionales    para poner en juego su arriesgada propuesta. Profesionales de lo más granado de la producción cinematográfica española que colaboraron intensa y desinteresadamente en el proyecto desde el primer momento. La composición del equipo técnico y artístico fue una prioridad de su director, en su afán por conseguir un ambiente cordial y cercano en el que todo el mundo pudiese sentirse cómodo y motivado. La lealtad  y la confianza del equipo técnico son esenciales para que aflore lo mejor de cada uno y de eso sale beneficiada sin duda alguna la película. No se trata sólo de hacer películas, es además una enriquecedora experiencia  humana.

Así, poco a poco fueron haciendo suya la película brillantes figuras como el reputado director de fotografía David Omedes,   autor de las películas (“Salvador”, “Pudor”, “The Pelayos“ “Cobardes” “Lo mejor de Eva”) o el célebre montador

Nacho Ruiz Capillas responsable de los metrajes (“Los otros”, “Los lunes al sol”, “Ágora”)

El compositor musical Micka Luna creador de atmósferas musicales singulares(“Ingrid”, “Son & moon” “The Pelayos”),

La directora de Arte Sylvia Steinbrecht responsable de la dirección artística de (“The gunman”, “Biutiful” “El Perfume”) o el diseño de sonido a cargo de Fernando Acedo Abella,  además del  mago de la luz y el color, el etalonador Claudio Güel y su magnífico equipo de la compañía  “El Colorado” responsables del loock de películas tan destacadas como (“Camino”, “Salvador” “Princesas” o la célebre “Blancanieves” candidata a los Oscar )

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RODANDO LA GUERRA:  EL TEJIDO VISUAL DE LA HISTORIA

Para su director Javier Llamazares, toda película debería  alcanzar con honestidad dos objetivos esenciales; debe convencer y emocionar por igual. La convicción proviene de la rigurosidad técnica y la emoción de lo sincera que sea la intensidad dramática. Nada es gratuito en esta película.

 

Intentamos ser lo más fieles a la realidad del contexto con el vestuario, el maquillaje y la elección de la durísima fotografía en blanco y negro de David Omedes nuestro director de foto.  Reflejar el ambiente de degradación física y moral extrema que debieron soportar aquellos hombres sucios, heridos y agotados luchando tan solo por sobrevivir era nuestro único deseo. Plasmar esa sobrecogedora sensación que  aún puedes apreciar en las  impactantes fotos del gran fotógrafo Robert Capa. Este extremo y casi apocalíptico escenario era el idóneo para desnudar emocionalmente a los personajes; OLEG y HANS dos soldados enemigos enfrentados, dos vidas, dos mundos, aislados por la  lengua  y una guerra infernal sobre sus espaldas, mientras son  obligados a compartir por un cruel azar la misma trinchera.

 

La fotografía en blanco y negro y el pulso discontinuo  de la cámara en mano de estilo documental, pusieron el acento adecuado. La emotividad surgió entonces como una consecuencia natural. OLEG (Johnny Melville) y HANS (Ruslan Alov) lo dieron todo.  Pasamos de lo general de la batalla, a lo personal en la trinchera. Y es allí precisamente donde comienza nuestra historia.  THE TRENCH es una historia de esperanzas.

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LA ELECCION DE LOS ACTORES: LA PIEL DE LOS PERSONAJES

La decisión no fue fácil. Desde el primer momento su director tuvo claro que la historia debía ser contada en sus respectivos idiomas originales, una condición esencial que sustentaba la trama entre los dos personajes, pues los soldados nunca parecen estar seguros de lo que dice el otro. Esta idéntica impresión deseaba transmitirla al espectador y por ello fue necesaria la búsqueda de actores que pudiesen interpretar en ruso , alemán y rumano.

 

Combinar a actores de distintas nacionalidades para encarnar personajes tan opuestos como un rudo y curtido soldado ruso de mediana edad,  un jovencísimo soldado alemán y una troupe nómada de gitanos rumanos de mediados del siglo pasado no era tarea sencilla. En este complejo desafío conté con la inestimable ayuda de mi directora de casting Beatriz Oliete que me presentó en pocos días varias propuestas.

 

OLEG (Jhonny Melville) el rudo labriego ruso  movilizado por el Ejército Rojo, lo escogí a la primera. Su imponente fisionomía y grandísimo oficio actoral lo hicieron el candidato ideal. A pesar de no hablar ruso y provenir principalmente de la comedia,  él era OLEG mucho antes de que lo escogiera y con esa fuerza de convicción aprendió todo su texto en ruso  y con acento además.  Su trabajo fue formidable, titánico, tanto físico como actoral. Es uno de los grandes, sin duda alguna, un actor de oficio  que te lo da todo en el set.

 

El caso de HANS, (Ruslan Alov) el soldado alemán de aspecto aniñado fue pura intuición. Prácticamente novel y con escasísima formación actoral,  se hizo todo un actor en cinco días. Fue una impresión general de todo el equipo de rodaje. Aquel joven estudiante ruso de filología alemana afincado en España, tenía tanta hambre, tanta ilusión que me conmovió y decidí darle una oportunidad. El primer día de rodaje la  actitud de aquel muchacho fue impecablemente profesional y funcionó de maravilla con Jhonny. A veces estas cosas de la intuición funcionan.

 

Respecto a los gitanos del carro debo decir que fue otro gran regalo de mi directora de casting,  porque a pesar de la brevedad de los papeles está cuajado de consumados  actores con los que después he podido mantener una sincera amistad.

 

Abdelatif  Hwidar, (el taciturno gitano  malcarado que va a caballo),  es un encanto de persona además de un inteligente y talentoso  guionista, director y actor con un Goya en el 2007 por su cortometraje  “Salvador historia de un milagro cotidiano”. Es un hombre completísimo, tiene un  potencial enorme y una trayectoria impecable que dará mucho que hablar en los próximos años.  Su texto en rumano fue el más extenso y complejo y salió muy bien parado de aquel difícil reto.

 

Abdel Azziz El Mountassir, (el viejo y escéptico patriarca gitano que preside el carro)  es una delicia de persona. Uno de esos extraños misterios que conjugan el mito de las tres “i”: inteligencia, integridad, ironía además de una casi enfermiza discreción. Es un intelectual, un actor y un  escritor combativo que rechaza casi todo lo que no le complace,  pero creo que al final  logré robarle un pedacito de su corazón con mi historia aunque no me lo diga. Aceptó flemáticamente subirse a ese desvencijado e inestable  carromato y soltar su texto en el nada fácil idioma rumano. A él le debo toda mi gratitud y consigue dar a la cámara una de las presencias más convincentes de la película.

 

Sfia Mohamed; (Rocico”  la joven gitana del carro) es un encanto y un verdadero talento musical, tiene una voz enérgicamente turbadora. Domina el baile, el canto y la interpretación con una soltura pasmosa. Interpretó muy bien el papel de la joven e inocente muchacha gitana rumana y cantó el popular y delicioso himno gitano de la película “djelem djelem” que reversionó  Micka Luna nuestro compositor musical.

 

Tal vez se aprecie ligeramente que el acento de los actores no sea del todo correcto pero sin lugar a dudas he preferido mantener su voces originales como un merecido tributo al esfuerzo de su oficio. Gracias de todo corazón a cada uno de  ellos.

 

Javier Llamazares

Director y  guionista

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